‘Laudato si’’ ha marcado un nuevo horizonte de resignificación en el ser y hacer de la vida consagrada latinoamericana y caribeña. Quisiera acercar el camino abierto por la CLAR como desafío a ‘reinaugurar’ cotidianas relaciones de “custodia y cuidado amoroso” de la hermana madre Tierra desde dos frentes radicales: el de la opción por la vida, y el de la opción por lo que da vida a los seres de la creación.
El Horizonte Inspirador propuesto por la CLAR durante el anterior trienio 2015-2018, se enmarcaba sobre la línea de ‘Laudato si’’, bajo el lema ‘Salgamos aprisa al encuentro de la vida’. El cuidado de la casa común y la ecología teológica han animado el compromiso de las consagradas y los consagrados con la creación, a la luz tanto de sus carismas congregacionales como de la misma encíclica.
La sacralidad de lo creado
Uno de los grandes objetivos fue el de enfatizar y abrirnos a la temática de la ecología integral desde una conversión que permita el reconocimiento de la sacralidad de lo creado y la interdependencia mutua entre todas las criaturas, para que, por medio de nuestra praxis del cuidado de la casa común y los más débiles, tanto humanos como otros seres, se amparen y vivan plenamente.
En este sentido, la vida consagrada fue y es precursora cuando tiene clara su identidad y su misión dentro de la Iglesia y en el mundo, y desde esta misma claridad es que puede alzar su voz frente a la complejidad de la realidad actual, y desde opciones de vida sobrias y alimentadas de una profunda espiritualidad ecológica, integrando una compasión pancreacional a partir de una relacionalidad interinstitucional.
Por tanto, la ecología integral es (o debe ser), el eje transversal de todos los programas y proyectos, capaz de tejer relaciones humanas, ecología ambiental y economía social.
Conversión ecológica
No hay duda que ‘Laudato si’’ alimenta y desencadena procesos de profunda confrontación: ¿qué le dice ‘Laudato si’’ a nuestra vida de consagración? Y por ello la CLAR, para desencadenar procesos de reflexión, en el año 2016 ofreció a la vida consagrada del continente, una reflexión sobre la conversión ecológica (publicada en una edición de la Revista CLAR).
Asimismo, en las apuestas de sus seminarios continentales, la Comisión de Justicia, Paz e integridad de la Creación de la CLAR estuvo presente profundizando, movilizando, desafiando, cuestionando, ayudando a recuperar los hilos de fraternidad y sororidad con todo lo creado.
¿Y cómo seguimos caminando a cuatro años de ‘Laudato si’’?
En la inauguración de un nuevo trienio de animación de la CLAR, y teniendo como telón de fondo el texto de las Bodas de Caná, bajo el lema: “Hagan todo lo que Él les diga. ¡Ya es la hora!”, destinamos una de las seis vasijas de las Bodas (fiesta de la vida) a la ecología integral.
Como vida consagrada estamos invitadas e invitados a crear una conciencia ecológica integral en las comunidades de pertenencia y en los diferentes espacios de misión. Nos sigue urgiendo una profunda conversión personal, manera de pensar, espiritualidad, estilos de vida, misión y estructuras de gobierno, para lograr entrelazar en necesaria interconexión una real cultura de la solidaridad.
Y por ello, una vez más, del 2018 al 2021, nos proponemos profundizar en la conversión ecológica que nos reconcilie, fortalezca en la comunión y nos ubique respetuosamente ante los ecosistemas naturales, estimulando el cuidado de la vida y de la casa común.
Profetismo en clave de ecología integral
Sí, llegó la hora profética de la vida consagrada, ¡ya es la hora! y queremos expresar esta profecía con palabra y vida, sin escatimar nada. Por tanto, como vida consagrada queremos “en esta hora profética”:
– Defender y promover una ecología integral, y para ello debemos alimentarnos de una profunda espiritualidad ecológica que incluye a ‘Laudato si’’ como parte de nuestro proyecto de vida.
– Denunciar la expoliación y explotación de la madre Tierra, y para ello no debemos cesar en nuestro compromiso personal y comunitario por respetar la biodiversidad del planeta y defender una tierra habitable para todas/os.
– Proteger y salvaguardar ‘lo común’, y para ello es necesario reclamar una nueva relación sociedad-poder, político-económico y frenar con nuestro ser y hacer, la mercantilización de la vida.
– Articular formas de organización y producción más conectadas a la vida, como artesanas/os de justicia solidaria en bien del planeta.
Esta hora profética no es mágica, se verá animada y reflejada a lo largo de este trienio en el trabajo de cuatro comisiones de la CLAR vinculadas a Justicia, Paz e Integridad de la Creación como columna vertebral, y desde allí pensarnos:
- CLAR – Ecología Integral
- CLAR – Vida consagrada amazónica
- CLAR – Vida consagrada indígena
- CLAR – Vida consagrada afro
Próximamente celebraremos el Sínodo para la Amazonía. Estamos a las puertas de este evento eclesial. Allí también estará presente la voz de la vida religiosa, en este caso femenina. Nuestra hermana Presidenta, Liliana Franco, es una de las integrantes de la comisión preparatoria. Ha estado en reiteradas oportunidades en Roma aportando la mirada de la CLAR, de las religiosas y los religiosos que caminan este sagrado territorio y ha llevado la voz y el rostro de nuestros pueblos amazónicos. ¡Bendito Dios Padre y Madre que nos empuja a llevar ‘la hora’ al corazón del Sínodo!
* Síntesis del aporte presentado durante el conversatorio: ‘Ecología integral: desafíos para la Iglesia latinoamericana’, en la Universidad de La Salle de Bogotá, el 27 de junio de 2019.