Tribuna

La Ley de Aborto en Argentina, una estafa moral

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Sin duda, algo que nos ha tomado por sorpresa a muchos argentinos ha sido la decisión del presidente Macri de propiciar el debate parlamentario sobre la despenalización del aborto. Como hace algunos días ha manifestado públicamente el conocido cura villero Pepe di Paola, el impulso de la Ley de Aborto configura “una estafa moral muy grande” porque, “quienes ganaron la elección, no lo propusieron en su programa”.

Desde el punto de vista jurídico, Argentina es un país que tiene reconocida, con rango constitucional, la inviolabilidad del derecho a la vida de todo ser humano desde el momento de la concepción. En 1994, Argentina reformó su Constitución Nacional, incorporando expresamente como normas con jerarquía superior a las leyes los tratados internacionales de derechos humanos en los que el país es parte (Art. 75 inc. 22 de la CN).

Niños… hasta los 18 años

Entre esos tratados, es oportuno destacar la Convención sobre los Derechos del Niño, que dice: “Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño a todo ser humano menor de 18 años de edad” (Art. 1), así como esto: “Los estados parte reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida” (Art. 6). Argentina ratificó esta convención mediante la Ley nacional 23.849, que, en su artículo 2, dispone: “Se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad”.

Recientemente, en 2015, Argentina puso en vigencia un nuevo Código Civil y Comercial nacional, que, en su artículo 19, establece: “La existencia de la persona humana comienza con la concepción”.

Ante este escenario, ¿es posible que el Congreso Nacional Argentino dicte una ley de despenalización del aborto? Algo así iría en contra de la misma Constitución Nacional. Así lo ha dicho, por cierto, la propia Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires en su declaración sobre el tema: “Todo proyecto de despenalización del aborto resulta inconstitucional”.

El 8 de agosto decide el Senado

No obstante, el proyecto de ley, que prevé la posibilidad de dar muerte a la persona por nacer durante todo el período gestacional, que niega el derecho a la objeción de conciencia, que desconoce el derecho de los padres sobre sus hijas menores, que obliga a los médicos a realizar abortos y sanciona a quienes se nieguen, entre otras disposiciones, obtuvo, el pasado 14 de junio, media sanción en la Cámara de Diputados y, en este momento, se encuentra en tratamiento en la Cámara de Senadores, donde vemos un gran número de legisladores que ya han anticipado su voto favorable para el próximo 8 de agosto, que es la fecha que se ha fijado para la votación.

Hay una cultura de la muerte que busca imponerse a la cultura de la defensa de la vida. Como bien afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Óscar Ojea, en la Misa por la Vida celebrada el 8 de julio en la Basílica de la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina: “Estamos perplejos y doloridos ante la posibilidad de que se sancione la ley de despenalización del aborto. Sería la primera vez que se dictaría en la Argentina, y en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano. (…) El aborto no es un derecho, sino un drama”.

* Gabriela Quadri es coordinadora del Movimiento Provida de Rosario