Tribuna

Los Beatles y el libro del Génesis

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“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: ‘Haya luz’, y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad” (Gn 1, 1-4). Así comienza el libro del Génesis. Así comienza una de las ideas teológicas que más me han impactado. No solo por lo que ella implica como inicio de la Creación, sino por lo que implica para el hombre. Luego, hay otro versículo que me resulta más conmovedor.



En el mismo capítulo, pero versículo 27 dice: “Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su semejanza”. El hombre, el ser humano, cada hombre y cada mujer hemos sido hechos a imagen y semejanza del Creador, es decir, hemos sido creados creadores. Hemos sido creados creadores porque formamos parte de un proyecto que sigue andando: el proyecto de la Creación. Desde otra perspectiva, también podemos hacer luz de en medio de la oscuridad, ya que pretendemos ser discípulos de Jesucristo y esto significa que participamos de la propiedad de ser luz que ilumina al mundo.

Hey Jude, don´t be afraid

En 1968, Paul McCartney compone la canción ‘Hey Jude’ que dedica a Julian Lennon, hijo de John Lennon y su primera esposa. Al inicio del tema, Paul canta: “Hey Jude, don’t make it bad. Take a sad song and make it better”. Paul le dice al muy niño Julian que no se sienta mal, que puede tomar una canción triste y hacerla mejor. ¿No es una manera sencilla de decir que podemos hacer luz de entre la oscuridad? De esto se trata en parte el famoso libro de Viktor Frankl, ‘El Hombre en Busca de Sentido’, en el cual explica su experiencia en el Campo de Auschwitz.

Allí Frankl descubrió, entre las penetrantes oscuridades del campo, la experiencia de no perder la esperanza, pese a las espesas y duras condiciones de vida, pues todos los días se afianzaban en un motivo por el cual vivir, vivir un día más. Eso ayudaba como nada a soportar la violenta cotidianidad del campo. Quizás no podamos cambiar la realidad, pero sí tenemos la posibilidad de decidir cómo enfrentarla y hacer de una canción triste algo mejor. Por ello, Paul le dice a Julian: “Hey Jude, don’t be afraid”, es decir: no tengas miedo. Para poder crear luz en medio de la oscuridad debemos comenzar por no tener miedo. El amor de Dios no teme, por eso es lo que es y nosotros somos imagen y semejanza de ese amor.

Madre María y Let it Be

Paul McCartney fue criado en un hogar de fuertes convicciones católicas, en especial por parte de su madre. Luego, en ese proceso que implica la madurez, recorrió varios caminos que lo llevaron al protestantismo y al coqueteo con el hinduismo. En su canción ‘Let it be’ nos canta cómo una Madre María se acerca a susurrarle palabras de ánimo en los momentos más difíciles. Esa Madre María no es, como muchos creen, la Virgen María, sino el recuerdo vivo de su madre que le habló en sueños. ¿Qué le dijo? Que no tuviera miedo, que tomara una canción triste y la mejorara, así como nos cuenta el Génesis que Dios hizo brillar la luz en medio de la oscuridad.

Esa luz que se desnuda en bellas notas en el tema ‘Here Comes The Sun’ que insistentemente nos lanza a la aventura de no perder la paciencia, pues el sol está por venir, así como los hombres y mujeres del Génesis iniciaban el tiempo de espera por el cumplimiento de una promesa de amor. Una promesa que, como canta Harrison, devolverá las sonrisas a los rostros. Cada uno de nosotros lleva esa huella de amor dentro. Fuimos creados para crear como imágenes y semejanzas del Creador. Vamos a hacer hoy luz de entre las tinieblas. Tomemos una canción triste y hagámosla mejor. Paz y Bien.


Por Valmore Muñoz Arteaga. Profesor y escritor. Maracaibo – Venezuela