Tribuna

Los desafíos los católicos en Haití

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Haití es un país en el cual la mayoría de las personas practican la fe católica. Sin embargo, se consta poca participación de los cristianos católicos en la política activa, conforme a la doctrina del Concilio Vaticano II y algunos documentos del Magisterio eclesiástico, después del Canon de Derecho Canónico (CIC), como la Exhortación Apostólica de san Juan Pablo II, Christifideles Laici, y la Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, de la Congregación de la Doctrina de la Fe (Nota Doctrinal del 24. XI. 2002).



Los valores cristianos son respetados y aplicados en las familias, solamente falta conciencia del llamado a trabajar por el bien común en la política y del derecho y deber de los cristianos de poner en práctica las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, particularmente la Doctrina Social para trabajar, a luz de la fe, por el bien común en la política.

Es necesaria una nueva evangelización, con la formación de la conciencia de los cristianos y de las personas de buena voluntad, que amen el bien común y la patria, para tener buenos cristianos y ciudadanos en la política y poder pensar en un futuro mejor.

En Haití, los estudios son buenos y hay respeto por las autoridades religiosas, pero falta la formación de la conciencia para dar una respuesta diferente a las autoridades que utilizan una política para impedir desarrollo, prosperidad, crecimiento y paz en el país. El Papa Pío XI dijo que la política es la forma más perfecta de caridad. Este discurso fue repetido por Pablo VI, a través de quien se hizo ampliamente conocido, y recientemente asumido por Francisco.

Por ello, la nueva evangelización debe tener en cuenta el ámbito de la fe y la política para preparar buenos ciudadanos y cristianos haitianos para un futuro mejor para servir, dialogar con todos y amar en la caridad.

La participación de los laicos en la actividad política:

Los ciudadanos católicos han de hacer exactamente lo mismo que todos los demás ciudadanos: Promover lo que en conciencia consideren más conveniente para el bien común del propio país. Por ello, es necesario que los fieles, como ciudadanos de dos mundos, participen en la política activa para proteger y garantizar sus derechos y deberes y también el bien común, además de las obligaciones que los fieles cristianos tienen en diversas formas de participar en la política con miras a un futuro mejor, como se informó por el Magisterio de la Iglesia en varios documentos ya mencionados.

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Es importante la buena estructuración de una escuela de fe y política que se base en la Doctrina Social de la Iglesia y tenga como objeto de estudio la fe y la política con la experiencia del servicio de aquellos cristianos militantes a favor de la vida.

Eso requiere la promoción y educación en esta materia de grupos y movimientos vinculados a movimientos sociales, comprometidos e inmersos a la luz de la fe en la acción social de la Iglesia con el fin de luchar y trabajar por los derechos sociales, el bien común, formando discípulos también con espíritu para las iniciativas locales de fe y política que enfatizan la formación política y la espiritualidad entendida como el ejercicio de la dimensión espiritual que impregna y anima la actividad política de los cristianos.

Con esta conciencia y formación habrá cristianos en cualquier ámbito de la política, teniendo cualquier cargo preparado para trabajar por la justicia y el bien común en la pandemia o cualquier situación.


Escrito por Saint-Luc Fénélus. Sacerdote haitiano de la Diócesis de Joinville, SC, Brasil y miembro de la Academia de Líderes Católicos.