Salvador Macip, genetista, decía en una reciente entrevista que “la misión de los virus no es matarnos –los virus que nos enferman solo son un 1% del total–, sino, como la todo organismo, propagarse. Y solo pueden propagarse si infectan una célula. Solo nos enferman de paso en el cumplimiento de su misión difusora; pero nos han hecho posibles, porque transportan información genética entre individuos y especies. Y también nos han dotado así de la que nos ha hecho mejores, puesto que utilizamos su información para mejorar nuestra adaptación al medio y sus cambios” (La Vanguardia, 8 de abril de 2020).
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Efectivamente, la ciencia nos dice que la información es vital para todos los sistemas vivos, ya que proporciona los ingredientes para que la vida se organice en sistemas vivos capaces de crecer y adaptarse. En biología, vivir y aprender son sinónimos. Un sistema vivo es un sistema que aprende continuamente. Nuestro cuerpo, por ejemplo, aprenderá mucho de la presencia del COVID-19, aunque nuestra mente no lo perciba.
Si consideramos a los grupos humanos como sistemas vivos, podemos decir que la manera en que procesan la información que les llega es absolutamente vital para su pervivencia y desarrollo. Lo cual es válido, por supuesto, para la Iglesia, como sistema vivo, y para cada una de las congregaciones religiosas, que debieran ser “organizaciones que aprenden” si quieren tener futuro.
Por eso, me alegró ver que el Papa, en la entrevista que le hizo Austen Ivereigh (publicada el 8 de abril de 2020), dice: “Pienso en mis responsabilidades de ahora y ya para el después. ¿Cuál va a ser mi servicio como obispo de Roma, como cabeza de la Iglesia, en el después? Este después ya empezó a mostrar que va a ser un después trágico, un después doloroso, por eso conviene pensar desde ahora. Se ha organizado a través del Dicasterio del Desarrollo Humano Integral una comisión que trabaja en esto y se reúne conmigo”. En otras palabras, se pregunta sobre qué aprende ahora para preparar el futuro, y se lo toma muy en serio, reflexionando con un grupo de expertos.