ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
“la República bolivariana ha mantenido con la Santa Sede y con la jerarquía local más de un pulso no siempre irreprensible…”
La audiencia de Francisco con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, este lunes 17, podría haber sido una más, si no fuera porque la República bolivariana ha mantenido con la Santa Sede y con la jerarquía local más de un pulso no siempre irreprensible. Por eso, el nuevo mandatario de Caracas y sus colaboradores han rodeado la entrevista con el Papa de las máximas cautelas, para no cometer fallos que permitieran a la oposición usar los fusiles de la crítica o la irrisión.
Para el Vaticano, no es esta la primera audiencia “delicada”, y tales situaciones normalmente las bordan. El presidente Maduro se fue incluso de la Biblioteca Privada –a petición suya– con una bendición que le hizo el Santo Padre sobre su frente.
En el nº 2.853 de Vida Nueva.