El empresario tecnológico Mark Zuckerberg ha rebautizado a su red social Facebook como Meta, reorientando sus esfuerzos en desarrollar lo que se ha dado en llamar un metaverso. Metaverso: meta + universo = más allá del universo. Un lugar literalmente virtual. No digo digital, sino virtual (que no existe en la vida real). Un mundo 3D en el que poder sumergirnos, ser quienes queramos ser y vivir cualquier experiencia que queramos vivir (pasando por caja). Con todos los riesgos y oportunidades que supone.
- El Podcast de Vida Nueva: un pastor a dos bandas
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Hace unos años, en un congreso católico había un estand para probar unas gafas de realidad aumentada. Me las puse y, sin exagerar, inmediatamente me vi sumergida en una aldea africana acompañando a un misionero que caminaba por allí. Casi podía tocar a la gente, oía el sonido ambiente propio del lugar y me movía como si estuviera allí.
En otra ocasión, me dejaron unas más sencillas con las que me subí a una montaña rusa, y la sensación del estómago era exactamente igual que las veces en que he bajado en una montaña rusa real. La diferencia en ambos casos es que eran vídeos 3D, no realidades virtuales. Con el metaverso que viene serán mundos creados por la mente humana, no necesariamente reales.
El metaverso será una extensión de nuestra propia vida, pero en Internet. Lo virtual dejará de ser solo auditivo y visual, y adquirirá el término clave de la realidad virtual: la presencia. Videojuegos como Fortnite, Minecraft o Roblox ya pueden considerarse una especie de metaversos en estado embrionario.
¿Qué oportunidades tendrá?
- La mayor oportunidad será para las marcas que se aprovechen de ello. Los usuarios podrán experimentar sus productos igual que en la vida real. Y seguramente lo harán gamificando la experiencia. Sintiendo la velocidad de una moto o de un coche, viendo cómo nos queda una ropa en un lugar, viajando por sitios a los que probablemente nunca podremos ir, etc.
- Podrá ser una buena oportunidad para las personas que viven solas y estén impedidas. Podrán moverse y relacionarse por un barrio o una ciudad del mismo modo que en la vida real.
- Y si la Iglesia saca partido del metaverso, podremos crear espacios que ayuden a la interioridad, o que nos permitan visitar santuarios o misiones para tener una experiencia “real” de las que viven otras personas en el mundo. ¿Será que veremos iglesias, catequesis, oraciones, misiones, etc. en el metaverso?
(…)