Tribuna

Religiosas peruanas se la juegan por la vida y contra la trata

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En Perú, el vóley y el fútbol son las disciplinas deportivas de mayor aceptación y popularidad. La designación de Lima como sede de los Juegos Panamericanos 2019, será entonces una gran oportunidad para prestar atención a otros deportes poco arraigados en la sociedad, pero no por ello menos importantes. Estos juegos se desarrollarán entre el 26 de julio y el 11 de agosto, y les sucederán, entre el 23 de agosto y el 1º de setiembre, los Juegos Parapanamericanos, por lo que se espera que nuestra ciudad reciba más de 75 mil turistas. 

Eventos deportivos de gran magnitud significan una gran inversión en infraestructura, y ello representa una oportunidad para proyectar una imagen de progreso y modernidad frente a los demás participantes. Sin embargo, más allá de este aspecto estrictamente material, existe como contracara una realidad que entre el vendaval de la parafernalia olímpica suele pasar desaperciba, o sobre la cual nadie desea hablar, y nos estamos refiriendo a la trata de personas, en particular la de mujeres y niñas para la explotación sexual.

Un delito contra la libertad

La trata de personas, a través de la cual se capta, traslada y explota a la víctima, constituye por dicha razón un delito contra la libertad. El Ministerio Público, entre el 2010 y setiembre del 2018, registró 6.574 denuncias, de las cuales el 66% (4.457) se realizaron sólo entre el 2015 y el 2018. Es decir, las denuncias vienen incrementándose, siendo preciso destacar a Lima, la ciudad que registra el mayor número de casos, siguiéndole Madre de Dios, Puno, Loreto y Arequipa. 

Si bien esta ilegal actividad está destinada principalmente a la explotación sexual, también existen casos de explotación laboral y doméstica. 

El rostro femenino de la trata

Otro dato importante, es que el 85% de las víctimas son mujeres y niñas. Por ende, se puede concluir que la trata en Perú tiene rostro de mujer, lo cual no parece extraño en un país con altas tasas de feminicido (81 casos entre enero y julio de este año). 

Para Isabel Chávez, religiosa del Buen Pastor y coordinadora de la red Kawsay de la vida consagrada peruana, “la Iglesia cuida de la vida, toda vida es sagrada y la trata de personas es un delito que vulnera los derechos de las personas, sobre todo las más indefensas, como son las niñas y las mujeres de escasos recursos económicos mayoritariamente”. 

Campaña Contra La Trata Perú

Religiosas de la red kawsay de Perú

A través de la red Kawsay, un grupo de congregaciones religiosas asumió hace ocho años un compromiso serio para brindar una respuesta desde la mirada de la vida religiosa a este flagelo social. 

‘Juega por la vida’

Recientemente la red ha emprendido la campaña ‘Juega por la Vida: denuncia la trata de personas’, que busca movilizar a las organizaciones que luchan contra este delito e interpelar a la sociedad sobre los niveles de tolerancia y permisividad frente a este crimen y su eventual agravamiento durante los Juegos de Lima 2019. Por eso, se ha propuesto varias acciones:

Multiplicar aliados en la lucha contra la trata de persona a través de las redes sociales, así como continuar fortaleciendo el trabajo de redes con organizaciones sociales y religiosas.

Exhortar a la municipalidad metropolitana de Lima y al gobierno central, para que tomen acciones de prevención durante los próximos juegos deportivos. 

Sensibilizar a la población sobre la trata de personas, persuadiéndola a denunciarla en sus distintas formas de explotación.

Agenda contra la trata

En ese sentido, la red Kawsay viene trabajando de manera intensa en unión con diversos actores de la sociedad, para que estas propuestas sean puestas en agenda. 

Como nos recuerda el papa Francisco en su visita a Puerto Maldonado (una de las regiones más afectadas por este problema), “la violencia contra las adolescentes y las mujeres es un clamor que llega al cielo. Siempre me angustió la situación de las que son objeto con las diversas formas de trata de personas. Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: ¿Dónde está tu hermano? (Gn. 4,9)”.  

Tambien se reseña en el documento preparatorio al Sínodo Panamazónico esta problemática que afecta a poblaciones indígenas amazónicas en las zonas de minería ilegal, por ejemplo.

Como lo está haciendo la red Kawsay, es momento de actuar y jugar en favor de la vida, a ello los religiosos nos invitan como cristianos y miembros de la sociedad civil a tomar partido por las víctimas. 

Foto: Red Kawsay Perú.