Tribuna

Revivir el Adviento

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Cada año, el mes de diciembre nos envuelve en una vorágine de luces, compras y celebraciones. Sin embargo, detrás del bullicio comercial y social, el calendario litúrgico nos ofrece un tiempo de profunda introspección: el Adviento. Es un período que invita a redescubrir el verdadero sentido de la Navidad, un tiempo para detenernos, respirar y prepararnos espiritualmente. Pero ¿por qué parece que este tiempo pasa desapercibido para tantos?



El Adviento, que significa “venida”, no es solo una tradición antigua de la Iglesia; es una oportunidad renovada de esperanza, una pausa para mirar hacia lo esencial. Durante estas cuatro semanas, la fe cristiana nos recuerda algo que solemos olvidar: estamos esperando. Sí, esperando algo más grande, algo que trasciende la inmediatez de los regalos y las decoraciones.

Vela Adviento 1

Esperar no es fácil. Vivimos en una cultura que celebra la gratificación inmediata, donde todo lo queremos “aquí y ahora”. Sin embargo, el Adviento nos desafía a redescubrir el valor de la espera activa, aquella que se llena de propósito y significado. No se trata de cruzarse de brazos, sino de prepararnos internamente para recibir algo que realmente transforme nuestras vidas.

Abiertos a algo nuevo

Los creyentes esperamos el nacimiento de Jesús, el Dios hecho hombre. Pero incluso para quienes no profesan una fe cristiana, el Adviento puede ser un momento de reflexión sobre lo que significa abrir espacio en el corazón para algo nuevo: reconciliarnos con un amigo, dedicar tiempo a la familia o replantear lo que realmente importa en la vida.

Es irónico que, mientras el Adviento invita a la quietud, el mundo nos arrastra a las agendas llenas y las interminables listas de pendientes. Recuperar el espíritu de este tiempo es, en cierto sentido, un acto de rebeldía y contracorriente. El Adviento nos llama a valorar lo sencillo: una cena con seres queridos, una oración silenciosa, un gesto de solidaridad hacia los más necesitados.

Sostenidos por Dios

¿Y qué hay de nuevo en este tiempo? Revivir el Adviento no es cuestión de añadir más rituales a nuestras ya ocupadas vidas, sino de recuperar su esencia. Es un tiempo para mirar hacia atrás y reconocer cómo Dios nos ha sostenido; y para mirar hacia adelante con esperanza, confiando en que Él siempre guía nuestro camino.

En un mundo tan dividido y cansado, el mensaje del Adviento es más relevante que nunca. Nos dice que la luz vence a las tinieblas, que la esperanza no es un lujo, sino una necesidad, y que cada pequeño acto de amor puede cambiar la historia.

Este diciembre, antes de dejarnos arrastrar por la prisa, tomemos un momento para detenernos y revivir la espera. Quizás, en esa pausa, encontremos lo que realmente estamos buscando.