En el Año de San José, soñador, como el primer José, soñemos… con el Espíritu del Evangelio: “Adivinar sueños”, pensar, decir y hacer “a lo divino”, el “sueño” eterno del Creador, su Proyecto de vida feliz para las criaturas a su imagen y semejanza, destinadas a la filiación divina en Jesús, para ser familia de Dios en la tierra y herederos de su cielo. Sueño, a descifrar en siete sueños temporales, número bíblico de plenitud, para seguir llenando la historia de salvación. Con las iniciativas y mensajes del papa Francisco.
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Sueño 1º: Año de San José
Con san José, justo, creyente, realizamos mejores proyectos comunitarios, inmersos en la historia de salvación en la que Dios mueve sus hilos entre el tejer y destejer de los hombres. Justos a carta cabal, con más tesón por implantar “el derecho y la justicia”, el sueño de los profetas: en la vida laboral (José Obrero y Jesús Obrero) social, cultural y política. Y dejarnos sorprender por las iniciativas de Dios, siempre obedientes para cambiar los planes propios por los suyos. Como José, al acoger a María con su hijo divino.
Sueño 2º: Año de la Familia
‘Amoris laetitia’ (‘La alegría del Amor’). Después de un quinquenio, el Papa resalta su aplicación. La pastoral familiar, matrimonial y prematrimonial “habrá que forzarla para que pueda ser”: menos gregaria, más personalizada y comunitarizada, más Noticia Buena del amor de Dios reflejado en todo proceso de amor auténtico, más sanadora de inmadureces, sufrimientos y conflictos con la misericordia del Evangelio.
Sueño 3º: Año Laudato si’: sobre el cuidado de la casa común
Cuidar, no descuidar, la planetaria casa compartida: sus aires y aguas, tierras y mares, montañas y valles, bosques y arboledas, semillas y frutos…, nuestros residuos y basuras… Fieles a la creación buena de Dios, junto con tantos enamorados de la naturaleza, seamos más perspicaces para limpiar la casa común, ensuciarla menos y protegerla más de descuidos y de descuidados. Ser suplentes de otros y emprendedores de tareas inaplazables. Principalmente, cuidar con mucho esmero a los pobres, los más sufrientes de todos los deterioros ambientales.
Sueño 4º: 106ª Jornada del Migrante y Refugiado (septiembre)
Que el mensaje del Papa valga hasta la próxima: acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos y a todos los migrantes, en la Península y en las “ínsulas”. Cada parroquia, comunidad laical o consagrada, ejercer la creatividad para nuevas iniciativas, las que requieran las necesidades de los “forasteros”, representantes de Cristo, dignos de su amor a través del nuestro.
Sueño 5º: tender la mano a los pobres (4ª Jornada)
Se han tendido muchas a muchos en la pandemia, gracias a Dios. ¿Todas las necesarias a quienes nos necesitan? Responder más afirmativamente el nuevo año. Para apoyar a los pobres es fundamental vivir la pobreza evangélica en primera persona (Papa Francisco).
Sueño 6º: la cultura del cuidado como camino de paz (1 de enero)
Cultivar en el espesor de todas las realidades los derechos y deberes correlativos, el bien común inclusivo del justo bien propio, en la familia, en la educación, en la vida local, nacional e internacional. Desde cada rincón, el cuidado de cada persona trasciende para la paz del mundo entero.
Sueño 7º: todos hermanos
Globalización auténtica. Soñemos en la barca de Pedro “el sueño de Jesús” surcando las tempestades por sobrevenir. Al Señor le importa que no nos hundamos. Hermanados en Él, podemos hermanarnos entre todos con “mil proyectos para un mundo nuevo”.