Ya lo habrán oído en alguna reunión de su vicaría o parroquia. El cardenal Carlos Osoro y miembros de otras confesiones invitaron a la comunidad ecuménica de Taizé a celebrar en Madrid el Encuentro Europeo de Jóvenes como escala de la Peregrinación de Confianza a través de la Tierra. Y desde el pasado mes de mayo, avanza su preparación. Desde hace ya muchos años, esta comunidad ecuménica cristiana ubicada en la borgoña francesa acoge a jóvenes que peregrinan hasta ese lugar para una semana de reflexión y vida en común. También en Madrid, durante cuatro días, los jóvenes entrarán en una búsqueda común para crear confianza y solidaridad entre los pueblos. Serán acogidos en parroquias y comunidades.
Avanza la preparación, pero ahora se necesita la ayuda e implicación de los jóvenes de las parroquias madrileñas, porque del 28 de diciembre y hasta el 1 de enero, Madrid será una ciudad de acogida para miles de jóvenes cristianos venidos de diversas ciudades europeas y de otros continentes. Por eso, se necesita encontrar familias y comunidades de acogida.
Desde septiembre, una pequeña comunidad internacional de jóvenes se ocupa de visitar grupos, parroquias, comunidades, facilitar encuentros con otros jóvenes… Acompañados por cinco hermanos de Taizé, esa pequeña comunidad, junto a algunas hermanas de la congregación de San Andrés, se mueven por las parroquias de Madrid para que sea posible acoger a los jóvenes que llegarán el 28 de diciembre.
Una preparación abierta a todos
Eso supone organizar grupos en las parroquias que se comprometan a ser lugares para la reflexión, la plegaria y para compartir durante los días del encuentro. Está siendo una preparación abierta a todos. Ahora queda lo más difícil: que ayudemos abriendo nuestras puertas, compartiendo nuestras posibilidades para que los jóvenes descubran esos días un rostro nuevo en la Iglesia.
El hermano Alois, prior de Taizé, ha dicho: “¡Qué desafío, acoger en nuestro hogar a extraños, a personas a las que aún no conocemos! ¿Quién de entre nosotros no dudaría? ¿Quién no querría echarse atrás en un primer momento? Y, sin embargo, nosotros, los hermanos de Taizé, podemos deciros que, a través de la acogida de jóvenes a lo largo de todo el año en nuestra colina, nos sentimos colmados. Recibimos más de lo que damos. La hospitalidad ofrecida abre nuestro horizonte, nos transforma y nos aporta la alegría de vivir. No nos preocupemos demasiado por disponer de pocos medios para acoger. La sencillez y la necesidad de improvisar no impiden, sino que más bien despiertan una comunión. Y la esperanza puede nacer allí donde existe una experiencia de comunión”.
Hasta ahora, unas 140 parroquias son ya lugares de acogida, donde hay unas dos o tres personas ayudando a conseguir hogares para los participantes. Seguimos animando a que las personas, parroquias y comunidades religiosas acojan en sus casas a estos jóvenes.
