Conozco a Víctor Chacón desde que era un chavalín, alumno del Colegio Sagrada Familia de Granada. Coincidimos en varios retiros de verano. Los organizaban las Religiosas de la Pureza de María. Uno fue en un cortijo, con caballos, a los pies del Mulhacén y con Sierra Nevada cerca. El recuerdo de Víctor es el de un chaval muy gracioso, con mucho humor, inquieto, “salao”, con duende. Entre él y su primo estaba la fiesta asegurada.
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Desde su juventud ya tenía muchas de las características que ha ido desplegando a lo largo de su Vida Religiosa y de su ministerio como redentorista. Curiosidad, inquietud por entender cada vez más a Jesús, humor, chispa y una profunda libertad interior que le hacía testimoniar su fe en medio de jovencillos, cómo él, pero mucho más pasivos, indiferentes y alejados de la fe.
Por eso, cuando me invitó a participar en la presentación de su libro ‘Una forma de vida. Claves para el anuncio del Evangelio a los jóvenes’ (Perpetuo Socorro), que tuvo lugar ayer 15 de marzo por vía online, mi respuesta fue inmediata: “Claro que sí, envíame el libro y lo comienzo a leer”. Lo primero que descubrí es que no es un libro que pretenda dar recetas para los que vivimos este convulso tiempo de la pastoral juvenil. No es un muestrario de actividades y reuniones planificadas. No es lo que tenemos que decir a nuestros chavales, o de los que podamos sacar dinámicas que en aplicación directa podamos hacer en nuestras reuniones.
Debemos pensar más en una predicación de la fe que sobrepase la forma manualística y escolar, que ofrece contenidos para memorizar, sino introducir una exposición más dialógico-pastoral. Presentar tratados, más que manuales o catecismos, en los que se apunten los datos básicos de la fe, pero estructurados desde su configuración genética y dialógica, en un movimiento circular y expansivo que los abarque en diálogo con las nuevas perspectivas y situaciones culturales.
El “Credo” de Víctor
Es el “Credo” de Víctor. Es la síntesis de una profunda formación teológica y de una inquietud pastoral. Es el despliegue de las verdades de fe que a él le han hecho ofrecer su vida entera al Evangelio de Jesús. Desde la introducción uno se abre a ese corazón de Buen Pastor, que es consciente de lo cansados y abatidos que viven muchos de nuestros jóvenes. “Como ovejas sin pastor”. Y esa inquietud pastoral es la que motiva toda la redacción del libro. Es una ayuda valiosa para los agentes de pastoral que dedican su vida, su tiempo, sus mejores energías y esfuerzos a trabajar con los pocos jóvenes que todavía frecuentan la vida de la Iglesia.
Víctor construye un tejido teológico con los fundamentos sólidos de la Palabra de Dios, citas de los padres, acentos históricos, magisterio reciente, y teólogos y teólogas, místicos y místicas, en los que apoya todas sus afirmaciones. Tiene una solidez teológica que deja poco espacio a la especulación. Pero al mismo tiempo traduce su experiencia pastoral, comunitaria, personal, acercándose a situaciones en las que es fácil sentirse identificado. Para todo aquel agente de pastoral que se ha puesto en situación de proponer la fe a los jóvenes.
La ‘generación selfie’, los nativos digitales, los que han nacido sabiendo usar tabletas, móviles, que saben actualizar la última versión de cualquier aplicación, y que en su más profundo sueño está el ser ‘Youtuber’, ‘TikToker’, hacer directos en Twitch y ser influencer. A esta generación tan llena de ofertas para vivir permanentemente distraídos, entretenidos. Que huyen como gato escaldado del agua fría de todo lo que sea aburrimiento, silencio, desierto. Que todo el día van con sus AirPods.
Sabor a Evangelio
Proponer la fe a los jóvenes de hoy nos tiene que pillar muy motivados, ilusionados, apasionados. “Solo el que tiene una gran pasión, apasiona a los demás”. Todo el poder que siente un joven de hoy, con el mundo en su móvil, la información, los conocimientos, las ofertas de Amazon, las excitantes ofertas de AliExpress, Deliveroo, Tinder o Pornhub, hacen que no dediquen ni 12 segundos a un discurso que no les aporte nada. Esa es la oportunidad que le dan a una visualización de Youtube. O les enganchas con una palabra que suene cercana, sincera, verificada por un testimonio de vida, que sepa a Evangelio. O directamente expresan su desinterés o indiferencia.
Es ahí el momento del vértigo, del Getsemaní del agente de pastoral, del testigo. O salta el resorte de apelar a la autoridad, a la represión, a la amenaza, al enfado explícito y a la pérdida de paciencia. O aflora la mirada creyente, la compasión, la misericordia que fluye del corazón ardiente de Cristo. Si les ardía el corazón a los discípulos de Emaús cuando les explicaba las Escrituras y les partía el pan, es porque ese corazón ardiente es el que compartía Jesús. Su sagrado corazón.
Este libro de Víctor es lo que pretende, que los que evangelizamos a los jóvenes primero nos dejemos evangelizar. Que el depósito de nuestra fe, que han custodiado y transmitido tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia de la Iglesia formando una maravillosa tradición se puede actualizar en la vida de los jóvenes de hoy. Pero eso pasa por redescubrirla. Por desprender, por actualizarse. Y esa es la pretensión de Víctor Chacón. Presentar una fe inteligible y amable. Amiga de lo humano. Como un proceso pedagógico inspirado en Jesús, su acercamiento, escucha, su forma de hablar y su compartir el pan. Y transitada por las grandes verdades de nuestra fe:
- La Eucaristía y su centralidad en la vida de la Iglesia.
- La oración, y la necesidad de convertirla en experiencia cotidiana.
- La Encarnación, y la Kénosis con la invitación a vivir agradecidos en nuestra existencia limitada pero acompañada.
- La comunitariedad de nuestra fe, y la permanente invitación a ser agentes de comunión.
- El pecado y la gracia. La misericordia regeneradora de nuestro Dios. Moral sexual y personal.
- Adoración y alabanza trinitaria.
- El encuentro personal con Cristo.
- La respuesta ética y agradecida.
- La dimensión misionera de la fe y el seguimiento de Jesús.
- El ecumenismo.