Tribuna

¿Y los que no quieren ver?

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¡Gracias, papa Francisco! En nombre de todas aquellas personas que en las diócesis de España acogemos y por quienes somos acogidos en encuentros que tejen confianza y redes de cuidados, en las parroquias, en la vida consagrada, en barrios, pueblos y ciudades.



Tantas historias personales a las que miramos a los ojos y por quienes nos hemos dejado mirar en las calles, los muelles de la vergüenza, en las costas, en las fronteras; en los deshumanizadores CIE, en los Centros de Acogida Temporales y otros centros donde mucha gente desespera en las islas; en los cementerios de lápidas sin nombre, o lanzando flores al mar; en los hospitales; en las oficinas de documentación y en las largas esperas y trabas burocráticas para regularizarse administrativamente.

Juntos padecemos las consecuencias de unas políticas, leyes y prácticas administrativas que condenan a nuestros vecinos y hermanos a la irregularidad, la economía sumergida y la subsistencia, en lugar de coordinarse para facilitarles el acceso al trabajo digno, a la “ciudadanía plena”.

Chipre_Grecia Scaled

Aquí también conocemos situaciones que replican el sufrimiento de las personas en los campos de refugiados, de esas por las que fue acogido en Lesbos. Con su visita nos despierta y amplía la mirada respecto a lo que esa situación de sufrimiento significa: el naufragio de una civilización que corre el riesgo de hundirse entre el individualismo, la globalizada indiferencia, las ideologías cainitas, tóxicas y perversas.

Historias con nombre

Los opacos intereses y algoritmos que extienden con mentiras el miedo al empobrecido, al extranjero, para manipular a la gente sencilla y asustada por una precariedad en aumento en tantos barrios, pueblos y ciudades. No necesitamos más odio, sino más justicia social. En nuestros mares, solo de enero a junio de 2021, murieron 2.087 personas, de las cuales 341 eran mujeres y 96 niños. Nos lo ha recordado: son rostros, historias con nombre, apellido, familia y amigos en los países de origen y en los países donde eran esperados para comenzar una vida mejor.

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