“Quizás encuentres la ocasión más tarde – dijo Gandalf –. Hoy hay mucho que oír y decidir” (Tolkien, J. R. R – La Comunidad del Anillo, 2017, pág. 322)
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Una vez que Frodo estuvo en Rivendel, luego de descansar un momento, a la mañana siguiente de ese descanso quiere recorrer el lugar y disfrutar de ese paisaje tan bello. Es en esa oportunidad donde Gandalf afirma esta frase ante la inminente realización del Concilio de Elrond en donde se definirá el futuro de la Tierra Media.
Llegados a aquí, luego de este camino adveniente (Gozo, esperanza, alegría) el misterio de la encarnación y del Nacimiento del Mesías la fe nos invita a oír su manifestación elocuente
Oír su Presencia…
El final del Adviento, en este año 2023, la contemplamos una condensación litúrgica: por la mañana IV Domingo y por la Noche ya es Navidad. Es por esto, que en esta oportunidad tendremos en cuenta los textos que ambas celebraciones nos invitan a rumear.
- a) cercana
En el texto de Samuel este profeta, podemos resaltar, la acción de Dios que nos hace oír su presencia: “el Señor está contigo” (1ª Sam. 7, 3). Y es Natán quien catequiza a David con las acciones que El Señor hizo hasta ese momento. Y el texto resalta que él está siempre por eso afirma “Estuve contigo dondequiera que fuiste” (1ª Sam. 7, 9).
La encarnación del Verbo, nos hace escuchar y rumiar que la fe cristiana profesa, celebra y anuncia que Dios está. Es un Dios que existe, pero sobre todo que está al lado de su pueblo, de la gente que ama con ternura desbordante de alegría.
- b) que se manifiesta
Pablo afirma que ese misterio de Dios ahora se hace visible (Rom. 16, 25 – 27), se manifiesta, se hace palpable y audible. Y hasta se lo puede olfatear con los aromas y olores de un recién nacido… y que está entre la humanidad, el cosmos y la creación.
La Encarnación del Verbo nos invita a escuchar que la Trinidad toma la iniciativa en el amor, que se pone al alcance de nuestra contemplación, al alcance de nuestros sentidos.
- c) en un espacio temporal, personal y comunitaria
Lucas comienza el texto de la encarnación con “En aquel tiempo”, en una ciudad (Nazareth), y a una persona (María) que tiene múltiples relaciones existenciales (con José, con la casa de David).
La encarnación del Verbo pareciera estar ubicada y manifestándose en esas realidades que nos invitan a repensarla y apropiarlas a nuestras propias realidades.
El nacimiento se daría “Mientras se encontraban en Belén” (Lc. 2, 6) y “en la ciudad de David” (Lc. 2, 4). La presencia de Dios asume nuestra temporalidad y nuestra ubicación geográfica, nuestra cultura e identidad familiar.
La acción de Dios en es “ese tiempo” o “cuando apareció el decreto del emperador Augusto” (Lc. 2, 1), y lo es ahora con estas personas y con nuestras realidades.
- d) dada y luminosa
La celebración de la Natividad del Señor, Misa de la Noche nos presenta el texto de Isaías que pone de manifiesto que la donación de una presencia provoca que un pueblo en tinieblas viva en la luz (Is. 9, 1).
La presencia de Dios es regalo (Is. 9, 5), se produce incluso en los momentos de oscuridad y es visible por medio de señales. En esta oportunidad “un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc. 2, 11).
La acción de Dios es salvífica por eso este pueblo que vive en tinieblas, ve una gran luz. Pareciera que con este texto de Isaías la fe cristiana nos invita a cambiar la perspectiva: la acción de Dios es regalo, no premio… es iniciativa de él no nuestra invocación… Es una acción que alumbra, no pide se luz para que él actúe.
- e) Universal y sinodal
Una paradoja de la fe en la Encarnación y Resurrección es que la acción de Dios es una gracia “para toda la humanidad” (Tit. 2, 11). La Navidad es una invitación a escuchar la presencia graciosa que redime, libera, provoca luminosidad con toda persona, con toda la humanidad. Dios se hizo y nació ser humano. En esta última frase no colocamos las preposiciones “a” o “para” sino “con” porque queremos expresar verbalmente que la Trinidad no solo se dirige “a” alguien, o “para” una finalidad, sino que su propuesta es sinodal, es decir, “juntos”… “con” vos, con nosotros, con ellos, con todos. Dios se entrelaza con lazos de amor con su iniciativa.
- f) Que invita al canto y a la danza
En los salmos de estas celebraciones (IV Domingo de Adviento y Navidad) se proclama la fidelidad de Dios a lo largo de las generaciones (Sal. 89/88, 2-5). Este salmo de la liturgia nos hace oír que Yahweh es fiel, su identidad es la fidelidad (Sal. 89/88, 9).
Es una fidelidad que invita a cantar “eternamente el amor del Señor” (Sal. 89/88, 1).
Es una presencia que provoca exultar de gozo al cielo, a la tierra, mares, campos, frutos, árboles (Sal. 96/95, 11-12).
Y decidir
En el Concilio de Elrond, la propuesta de Gandalf fue primero oír y luego decidir…
Por eso, luego de oír y meditar algunos aspectos de la Palabra, queremos proponer algunos puntos de referencia para una pastoral comunitaria fruto de la Encarnación – Nacimiento.
Queremos ser una comunidad
- cercana
- que manifiesta la acción de Dios
- en un espacio concreto, en la vida de las personas y comunidades
- que se brinda y alumbra la presencia de la Trinidad
- universal que invita y acoge a todos, al estilo de la Encarnación y Nacimiento, que supera la mentalidad de ghetto o de “espacios exclusivos para determinados miembros”, porque desde y en el Pesebre “todos tienen su lugar junto al recién nacido” sin privilegios ni “separaciones”.
- que canta y danza por la cercanía y ternura de Dios
- que celebra la fidelidad de Dios en la vida y opta fundamentalmente por el ser humano y su salvación
- que canta y ora, ora y canta las maravillas de Dios… una oración que invita a resaltar la acción de Dios antes que las acciones humanas, y que estás sean motivadas e inspiradas por la iniciativa de la Trinidad.
Plegaria
Espíritu de la oración,
es bueno y maravilloso alabarte siempre y en todo lugar,
porque eres otro signo del diálogo trinitario,
porque sos el ímpetu de la vida,
porque sos el testigo del actuar del Padre y del Hijo,
porque sos el ardor de los sacerdotes, profetas y animadores,
porque sos la efusión universal que impulsa a todos los vivientes,
porque sos el aliento que anima la historia y la vida a la plenitud de la existencia.
Espíritu de la connaturalidad,
te damos gracias y te bendecimos porque unís cultura y oración
porque haces de nuestra plegaria un espacio y una forma de vivir,
porque nos ayudas a discernir comunitariamente el sentido de la vida,
porque sos como el aire que respiramos,
porque dialogar con vos es participar en la vida social y trinitaria,
porque fomentas en nosotros un proceso vital, liberador y transformador.
Con nuestro Hermano y pastor, Eduardo Pironio, queremos decirte que necesitamos viviencia y re/descubrir tu Presencia para:
“decidirnos a formar una comunidad nueva: una comunidad cristiana, que sea auténtica comunidad de fe, de esperanza y de amor. Porque lo que cambia el mundo no es una simplemente el testimonio aislado de una persona. Lo que cambia es el testimonio de una comunidad que ama y que se compromete por el amor a cambiar la historia.
Que la Virgen del hombre nuevo, nos haga a nosotros creación nueva por el Espíritu
Que la Virgen de la caridad y del servicio nos abra a los hermanos y nos comprometa de veras a abrazar al mundo, iluminándonos en la fe gozosa del amor” (Pironio, Eduardo Francisco, 1998, pág. 16)
Es un deseo y oración, que seamos felices desde esta presencia que camina en nuestra vida y lo hace con nosotros, incluso en esos momentos de oscuridad… que sigamos contagiando la alegría gozosa de la presencia de un Dios que se hace visible, palpable, olfateable, audible, cercano…
¡Feliz Navidad! ¡Felices desde la Navidad!
Bibliografía
Pironio, Eduardo Francisco. (1998). Señor, enséñanos a orar. Buenos Aires: Claretiana.
Tolkien, J. R. R – La Comunidad del Anillo. (2017). El Señor de los anillos. I. La comunidad del anillo. Buenos Aires: Minotauro.